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las personas parecidas tienen mejores relaciones según la ciencia

La ley de la atracción se equivoca: 

Jueves, 8 de noviembre de 2018 11:04
|Alejandro I. López
ley de atraccion

Que los polos opuestos se atraen es una verdad científica que puede comprobarse al unir las cargas positivas de dos imanes; no obstante, cuando se trata del amor es probable que esta noción esté completamente equivocada.


La creencia popular asegura que las relaciones de pareja funcionan de forma similar a los imanes: según ésta óptica, encontrar a una persona con intereses y una forma de ver la vida distinta a la tuya puede resultar atractivo y complementario para ambos; no obstante, distintos estudios científicos parecen apuntar a que sólo se trata de un mito y por lo tanto, mientras dos personas sean más similares, es más probable que su relación sea exitosa.

ley de atraccion 1Tal es la conclusión de distintos estudios científicos recientes que han tratado de dilucidar si lo mejor para una pareja es parecerse o bien, todo lo contrario, com para una pareja es parecerse o bien, todo lo contrario, como se creía en el pasado.


































Un estudio de la Universidad de Queensland en Australia analizó los rasgos genéticos de más de 24 mil parejas y encontró una correlación entre los marcadores genéticos de ambos, además de una similitud menor pero consistente en el Índice de Masa Corporal de las parejas, lo que hace sospechar a los científicos de que las personas eligen a sus parejas sexuales con genes similares a los de ellos mismos.

Según Matthew Keller, genetista especializado en el estudio de la conducta, los resultados también sugieren que la elección de pareja afecta la arquitectura genómica en los humanos: «Esta es una evidencia en humanos de apareamiento selectivo, una forma de selección sexual en la que los individuos con rasgos similares se aparean entre sí con más frecuencia de lo que se esperaría en un apareamiento aleatorio».

En términos evolutivos, este mecanismo ayuda a los descendientes a sobrevivir, siempre que el rasgo continúe siendo beneficioso para los ejemplares en cuestión, pero la ciencia aún no tiene las suficientes respuestas para conocer a cabalidad cuáles son los que intervienen en este proceso.
 

ley de atraccion 2

Otro estudio elaborado por la Universidad de Ámsterdam rastreó más a fondo las claves del éxito de una relación de pareja entre dos personas similares. Más allá del sentido común y la noción de que dos personas con gustos parecidos podrían compartirlos y disfrutar juntos, el hecho de coincidir en una ideología política o una escala de valores es un factor que potencia y ayuda a resolver los conflictos a partir de una clave: la empatía.

El gusto por la cultura o el arte, los horarios de sueño y hasta el momento del día preferido para tener sexo son factores que suman a la empatía, una característica que según Manon Van Scheppingen, coautora del estudio, define una de las claves del éxito de una relación en pareja, el sentido de identidad compartida,
ley de atraccion 3

Esta característica no sólo ayuda a crear lazos más duraderos, también resulta especialmente útil para resolver conflictos en pareja. Un estudio de la Universidad de Berkeley en 2010 demostró que las parejas de adultos maduros que usaban los pronombres “nosotros” y “nuestro” para referirse a los problemas de su relación tenían una visión más positiva de su relación y cargaban con menos estrés personal. Por el contrario, aquellas parejas que hablaban en singular (“yo”, “él/ella”, “mi”) eran más propensas a llevar matrimonios infelices.

«El estudio descubrió que las parejas mayores se identificaban más como "nosotros" que sus contrapartes de mediana edad, lo que sugiere que enfrentar obstáculos y superar desafíos juntos a largo plazo puede dar a las parejas un mayor sentido de identidad compartida».


¿Crees que parecerte a tu pareja te hace más afín a ella, o que es mejor que ambos sean opuestos?

¿Guardas secretos? Cómo perjudican a tu salud, según la ciencia

Todos guardamos secretos. Por mucho que algunas personas aseguren que no tienen “nada que ocultar”, lo cierto es que nadie escapa a la regla: todos poseemos una cierta cantidad de información que no estamos dispuestos a compartir ni siquiera con nuestros familiares y amigos más cercanos. En promedio, cada uno tiene unos 13 secretos, y hasta cinco de ellos no los revelaremos nunca. Así afirman los resultados de un estudio reciente, uno de los más exhaustivos sobre esta materia que se han realizado jamás.
Para llegar a esas conclusiones, Michael Slepian, Jinseok Chun y Malia Mason, expertos de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, analizaron una muestra de 13.000 secretos, distribuidos en diez investigaciones previas. Se propusieron, de ese modo, comenzar a subsanar la escasez de estudios sobre el tema, que atribuyen sobre todo a dos motivos. El primero es que los secretos, por definición, no se pueden conocer: por lo tanto, lo que se puede estudiar no son tanto ellos mismos como sus efectos.
El segundo motivo tiene un alcance mayor. Los trabajos previos habían definido el secreto como una información que una persona ocultaba a otra de manera intencional en una situación de interacción. En este caso, en cambio, los investigadores han desarrollado una definición más amplia de secreto: es algo que se esconde no solo en una situación en que es necesario esconderla, sino durante todo el tiempo. Y es este hecho, precisamente, el que tiene consecuencias negativas para la salud.

Más secretos, menos calidad de vida

¿Cuáles son esas consecuencias negativas? Pues resultan afectados, explican estos especialistas, aspectos tales como la satisfacción en la pareja, la autenticidad, el bienestar y la salud física. El documento explica que "aunque la intención del secreto es ocultar algo, pocas veces uno necesita ocultarlo de manera activa". Sin embargo, en numerosas ocasiones la mente dedica tiempo y energía a pensar en ese secreto, y es "la frecuencia de esos pensamientos, y no la del acto de ocultar el secreto -afirman los investigadores-, lo que permite predecir una baja calidad de vida".
En un trabajo de unos años antes, el propio Michael Slepian y otros colaboradores habían llegado a la conclusión de que guardar secretos representa un esfuerzo físico tan grande como el de literalmente cargar un peso. Para determinarlo se basaron en un conocimiento demostrado con anterioridad: cuando alguien lleva una carga y se le muestra la imagen de una colina, le parece más empinada cuanto mayor es el peso que soporta. Lo mismo cuando se le muestra un punto en la distancia: le parece más lejano cuanto mayor peso lleva.
Pues bien, en este experimento se pidió a distintas personas que pensaran en secretos de diversa importancia, desde algunos de mucho peso a otros de poca relevancia. Los resultados fueron elocuentes: cuanto mayor era el "peso" del secreto, más empinada veía las colinas y más largas las distancias. Por ello, afirma el trabajo, "los secretos le pesan a la gente tal como las cargas físicas". 
Foto: See-ming Lee
Foto: See-ming Lee

Diferentes tipos de secretos

Para sus estudios, Slepian y su equipo clasificaron los secretos en 38 categorías diferentes, que van desde haber hecho daño a alguien y ocultarlo ante los demás, haber padecido de una adicción o haber robado algo hasta haber mentido, haber sido infiel en una relación de pareja o planear una sorpresa, como proponer matrimonio o agasajar a un amigo.
Pero Art Markman, doctor en psicología y marketing de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, y también especialista en el estudio de los secretos, establece en un artículo una clasificación más simple, en tres grandes grupos:
  • El primero es el de los secretos que permiten a alguien obtener una ventaja estratégica gracias a la información que posee y la otra persona no.
  • El segundo, los secretos cuya divulgación causaría efectos negativos sobre el poseedor de la información.
  • El tercero es el caso de los secretos que, si dejaran de serlo, perjudicarían no a quien los conoce sino a otra persona (o más).
Markman también se refiere a la "carga" de mantener un secreto. Se centra en el esfuerzo mental que implica poner atención a lo que uno puede decir, lo que la otra persona sabe y lo que podría llegar a saber."Nuestras mentes tienen una capacidad limitada para procesar información", explica, lo que hace difícil poder manejar todas estas variables, sobre todo si se trata de una discusión compleja o si la información que se oculta afecta a la persona que la conoce, a su interlocutor o a los dos. Y más aún si, para mantener el secreto, su poseedor se ve obligado no solo a omitir información, sino también a mentir.

El efecto terapéutico de contar un secreto

El "peso" de un secreto importante y los efectos negativos de conservarlo también han quedado evidenciados, por otra parte, en estudios que analizaron casos de mujeres que, tras sufrir una agresión sexual, por vergüenza, culpa u otros sentimientos, eligieron callarlo. Ya en 1985 el investigador estadounidense James Pennebaker afirmaba en un artículo especializado que "no comentar a nadie el hecho podría llegar a ser más dañino que el hecho en sí mismo". De ahí el énfasis de muchas terapias por lograr que las víctimas de episodios traumáticos logren hablar o escribir acerca de lo que han sufrido.

La mejor canción del mundo para empoderarte, según la ciencia



La música es una de las herramientas más poderosas que tenemos a nuestra disposición para incidir rápidamente sobre nuestro estado de ánimo. La clave es muy sencilla: la música incide directamente sobre las estructuras más antiguas de nuestro cerebro, precisamente las que están conectadas con las emociones. Esto significa que la música no pasa en un primer momento por la zona prefrontal del cerebro, que es la encargada de regular y contener las emociones, por lo que podría decirse que es una especie de “suero emocional” directo en vena.

Como resultado, existen melodías que pueden relajarnos, ayudarnos a conciliar el sueño, aliviar el dolor, generar nostalgia y alegría e incluso estimular la creatividad. Sin embargo, en esta ocasión psicólogos de la Universidad de Columbia se preguntaron cuál es la canción que genera una mayor sensación de empoderamiento.


Música para estimular la sensación de empoderamiento


El novelista George Eliot afirmaba que la música le imprimía fuerza a sus miembros e ideas en el cerebro y Abraham Lincoln instruyó a la banda del ejército de la Unión para que tocara melodías confederadas que indicaran el poder del gobierno federal y el dominio sobre los rebeldes del sur. El poder de la música nunca ha pasado desapercibido.

Así, estos psicólogos recopilaron 31 temas de diferentes géneros musicales, desde heavy metal hasta hip-hop, música clásica y punk. Les pidieron a un grupo de personas que los escucharan e indicaran cuáles eran las piezas que generaban una mayor sensación de empoderamiento y cuáles no.

Encontraron un vencedor claro: “We Will Rock You”, de Queen.

 
En segundo lugar se posicionó "Get Ready for This", de 2 Unlimited.

 
Los investigadores descubrieron además que estos temas ejercen un efecto muy poderoso en nuestra psiquis:

- Activan la sensación de empoderamiento. Estas canciones activan a nivel inconsciente conceptos relacionados con el control, la fortaleza, la autoridad y el poder. De hecho, en el experimento los participantes que escucharon estos temas solían completar palabras vinculadas con estos conceptos, lo cual indica que se habían activado en su mente.

- Generan la ilusión de control. Los temas que activan la sensación de empoderamiento también generan la ilusión de control. Los investigadores comprobaron que cuando las personas escuchaban estas canciones sentían que tenían un mayor control sobre su entorno e incluso pensaban que podían influir en los resultados de diferentes fenómenos, aunque estos dependieran en gran parte del azar.

- Nos animan a tomar la iniciativa. Estas canciones también animaron a las personas a dar el primer paso. Los investigadores les preguntaron en qué orden deseaban realizar una exposición oral y quienes escucharon estos temas fueron dos veces más propensos a dar el primer paso.

La clave está en el bajo


Otro resultado curioso de esta serie de experimentos es que las letras de las canciones prácticamente no tenían ningún efecto en esa sensación de empoderamiento. Sin embargo, lo que sí ejercía un poderoso influjo era el bajo.

Los investigadores utilizaron piezas musicales con diferentes niveles de bajo mejorados digitalmente y descubrieron que las personas reportaban una mayor sensación de empoderamiento mientras más nítido y fuerte era el bajo. ¿Por qué?

Una posible explicación llega de la mano de un estudio realizado en la Universidad de Parma. Estos investigadores descubrieron que la música en la que predomina el bajo genera un aumento de la tensión arterial, acelera el ritmo cardíaco y nos hace experimentar cierta tensión y sentido de urgencia.

Por otra parte, una investigación llevada a cabo en la McMaster University descubrió que a la mayoría de las personas no solo les resulta más fácil seguir el ritmo de las notas bajas sino que además, nuestro cerebro responde con mayor intensidad ante ellas.

Fuentes:
Galinsky, A. D. et. Al. (2015) The Music of Power. Perceptual and Behavioral Consequences of Powerful Music. Social Psychological and Personality Science;6(1).
Hove, m. J. et. Al. (2014) Superior time perception for lower musical pitch explains why bass-ranged instruments lay down musical rhythms. Journal Proceedings of the National Academy of Sciences; 111(28): 10383–10388.
Gerra, G. et. Al. (1998) Neuroendocrine responses of healthy volunteers to `techno-music': relationships with personality traits and emotional state.International Journal of Psychophysiology; 28(1): 99–111.