Estimado ciudadano.

Mi nombre es el de cualquiera de los pensionistas residentes en este país. Mi ideología política se ha ido diluyendo gracias a las desilusiones y desengaños que los años me han hecho vivir y a día de hoy ninguna etiqueta me viene bien por quienes son sus representantes y si algo he aprendido a lo largo de los años es que gobierne quién gobierne este país poco hará por mi o por los ciudadanos y lo poco que haga será a cambio de un alto precio que pagaremos los de siempre.
Por norma vivo en silencio, intento pasar desapercibido, no entrar en debates y discusiones entre fanáticos de uno u otro bando, para mi ninguno tiene toda la razón o ninguna, todos hacen mucho mal y poco bien. Ellos (los políticos) viven en sus burbujas alejados de la realidad de los ciudadanos, aislados en sus números "macro" de una economía global con un sistema financiero que ha olvidado a los ciudadanos, verdadero sostén y base de su nivel de vida y del funcionamiento del país.

Pero a lo que voy. Hace ya bastante tiempo, da igual quién haya estado en el gobierno se nos ha ido insertando en la cabeza y hemos ido interiorizando una mentira muy, pero que muy gorda respecto a las pensiones.

El sistema de pensiones fue creado para asistir a las personas mayores cuando ya no podían trabajar, a las personas que sufren un accidente o enfermedad que les impide ganarse la vida y con una muy pequeña cantidad económica a las personas que por circunstancias de la vida no han cotizado nunca.

Es muy normal leer u oír que "gracias a las aportaciones de los trabajadores en activo el sistema de pensiones se mantiene" o "de las aportaciones de un trabajador viven x pensionistas y parados" o "sin nuevas cotizaciones el sistema quebrará"... y tantas otras afirmaciones que dejan al pensionista como un parásito de la sociedad que recibe una pensión (mísera las más de las veces) gracias a la bondad de la sociedad, de los trabajadores actuales y por la bondad infinita de los gobernantes.

¡Y UNA MIERDA COMO UN PIANO DE COLA!